¿Cuántas veces no hemos perdido el tiempo esperando momentos que nunca llegan? Y me refiero a cualquier momento, el momento para estrenar esa blusa nueva, el momento para comerte ese delicioso postre que guardas en la nevera, el momento para decirle a ese chico que te trae loca, el momento para empezar una carrera, el momento de dejar, el momento de empezar, el momento de volver, el momento …
El debido momento tal vez nunca llegará, eso quiero que lo tengas claro. Si en realidad sueñas y deseas algo, muévete, mueve cielo y tierra y haz que pase. No te quedes sentada esperando a que suceda, porque las cosas no se dan como por arte de magia, se necesita trabajo, esfuerzo, constancia, pero sobre todo, se requiere de osadía, de que seas capaz de atreverte!
Quizá esperas a “sentirlo”, otro error. Es cuestión de decisión y voluntad. Recuerda, tú y sólo tú tienes la llave. Es posible que algunas cosas no dependan 100% de ti y puede llegar a ser que no se den facilmente, pero lo habrás intentado, no? Claro, así pensamos siempre. Hoy yo te digo, no te rindas, si una estrategia no funciona, prueba con otra –el fin no justifica los medios, así que no hagas nada fuera de la ética y la moral – pero nunca, nunca, te rindas hasta llegar a tu meta.
El debido momento es sólo la excusa para seguir en la comodidad.
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